Negligencia encontrada en reclamo por lesiones por ataque de perro

Hace varios meses, Dwyer Williams Cherkoss PC fue contactado por la madre de una niña que fue atacada y mordida por el perro de su vecino. La madre de la niña buscó un abogado con experiencia en responsabilidad por mordedura de perro para representar a su hija herida y reclamar daños y perjuicios contra el dueño del perro. Después de escuchar los detalles del ataque, tomamos el caso de inmediato: nuestra clienta es una niña que fue atacada repentinamente por un perro suelto que vagaba por su tranquilo vecindario en el este de Oregón. El perro se acercó a nuestra clienta y la mordió mientras iba en bicicleta cerca de su casa.

Las lesiones por mordeduras de perros pueden ser muy graves, especialmente porque la mayoría de las víctimas de mordeduras de perros son niños pequeños como nuestro cliente. Los perros atacan a los niños en lugar de a los adultos porque los niños son menos dominantes y menos amenazantes que los adultos: los perros tratan a los niños como compañeros de juego o presas, no como amos. Los niños también se mueven rápidamente y de manera errática, lo que puede hacer que los perros los arreen y los ataquen según sus instintos caninos naturales.

Este caso fue un recordatorio de que las heridas por mordedura de perro tienen el potencial de mutilar, desfigurar, traumatizar e incluso matar a los miembros más vulnerables de nuestra sociedad con poca o ninguna provocación por parte de las víctimas. En este caso, nuestra clienta no hizo absolutamente nada para alentar la atención o la agresión del perro descarriado. Ella fue la víctima por excelencia, que sufrió un trauma físico y emocional como resultado de la incapacidad de su vecino para contener a una mascota potencialmente agresiva.

Curiosamente, en este caso, la dueña del perro asumió la responsabilidad del accidente de inmediato, pero se negó rotundamente a trasladar el asunto a su compañía de seguros. abogados expertos en mordeduras de perros Obtuvimos copias de todos los documentos relacionados con las lesiones sufridas por nuestro cliente y los distribuimos entre todas las partes interesadas. Estos documentos incluían los registros médicos de la niña, las facturas que su familia tuvo que pagar durante su tratamiento y el informe que nuestro cliente presentó ante el Control de Animales.

El caso se resolvió por una suma generosa después de una comunicación decidida con la dueña del perro. Le insistimos varias veces, tanto por escrito como por teléfono, para que presentara la reclamación a su aseguradora, pero sin éxito, hasta que amenazamos con una demanda personal. La compañía de seguros resolvió rápidamente el asunto. Nuestra clienta recibió un acuerdo favorable que cubría sus gastos médicos y la compensaba por el dolor y el sufrimiento que sufrió como víctima de la negligencia del dueño de un perro.

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